Susana tiene unas manos especiales, nadie es capaz de sacar el café como ella, así que, puntual, cada mañana paso a saludarla antes de hacer cualquier otra cosa.
-¡Por fin se han animado a afrontar los problemas de los ciudadanos desde el punto de vista adecuado!
Hay que decir que Susana es una de esas personas vehementemente vitales, que muestran sin ningún tipo de pudor o recato lo más profundo de su sentir, por eso todos los clientes somos conscientes de sus ideas, sentimientos y experiencias.
Firme en sus convicciones de proletaria baqueteada por la vida llevaba un tiempo con la ideología en cuarentena, para ella el "no os fallaré" de Zapatero se había convertido en un recuerdo doloroso muestra de la innegable condición masculina (por lo tanto infiel, traidora y miserable) del presidente.
Sin embargo algo parece haber reavivado la esperanza de Susana.
-¿Que me estás contando?. Le pregunto incrédulo.
-Pues que Rubalcaba ha dejado sus responsabilidades de gobierno y se postula como candidato a las elecciones y en su programa por fin se afrontan los problemas desde un punto de vista más...,socialista.
En su propia afirmación se concentraba toda la explicación del asunto, pero ella no parecía advertirlo presa como estaba de su optimismo compulsivo.
Me parecía increíble que alguien con su bagaje vital pudiera caer en la trampa de charlatán de un más que amortizado político.
Recordé al instante el estupendo artículo que Juan Torres López colgó ayer en su blog, "Ganas de escribir", y como me trasladó de inmediato al episodio que la misma Susana había vivido unos días antes con su expareja.
Tras una larga convivencia con Alfredo, que casualidad, hacía cinco meses que Susana había tenido el coraje de romper definitivamente con él, pero unos días atrás, a la hora de mi café matutino, Susana, confundida, me contó que la noche anterior Alfredo, al pasar a dejar a la niña con ella, le había pedido que le escuchara, que le dejase entrar y que cuando acostasen a Sara hablasen un rato. Le debió pillar en uno de esos días raros, con las defensas bajas y como, al fin y al cabo, Alfredo sería siempre el padre de Sara..., accedió a su petición.
Sara, cansada de una larga jornada de actividades y juegos, pronto cayó rendida y Alfredo empezó con su suplicante monólogo, "que he cambiado, que ya no soy el de antes, que estoy buscando trabajo, que me he dejado el coñac, que ya no salgo con los colegas, que te hecho de menos, que siempre te he querido, que no hay nadie como tu, que bla, bla, bla,...".
Susana, rehecha y consciente de la sucia estrategia de Alfredo, no dudó un instante en cortar su discurso y recordarle que jamás volvería a compartir la vida con aquel que no había dudado en sacudirle, humillarle, robarle, con aquel que la había embarcado en el negocio del bar y a las primeras de cambio la había dejado en la estacada con una "estupenda" hipoteca y catorce horas de trabajo al día, con aquel que era incapaz de pasarle la ridícula manutención de su niña, que jamás volvería con aquel que le había mentido miles de veces, con aquel que ni siquiera disimulaba delante de ella a la hora de cortejar a otras...
Esa es la Susana que he conocido siempre, una mujer que a pesar de los problemas siempre me ha servido el mejor café con una sonrisa y una broma, pero que hoy me sorprendía habiendo caído en la misma trampa que días atrás había sorteado con la contundencia con la que os he contado.
-Susana, cielo, ¿no te has dado cuenta que Rubalcaba y tu ex..., la misma cosa es?
De inmediato se ha dado la vuelta y sonriendo de oreja a oreja me ha respondido:
-¿Acaso te has creído por un instante que te lo había dicho en serio? Jajajaja, Caín, hijo, contra menos pelo te queda...,menos me cuesta engañarte.
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