martes, 5 de julio de 2011

CUANDO PACO COINCIDIÓ CON EL PRESIDENT CAMPS EN LOS JUZGADOS.

Que lejos queda aquel día en el que Paco, mi vecino de rellano y presidente de  escalera, entusiasmado y henchido de alegría, me dió un abrazo  porque había conseguido un contrato como proveedor de la Consellería de Sanidad de la Generalitat Valenciana. La verdad es que nunca me enteré muy bien que es lo que les iba a vender pero, a buen seguro, Paco iba a poder disfrutar de un merecido ascenso socioeconómico que tras años de esfuerzo, ilusión y sutiles componendas se tenía bien merecido.

El caso es que Paco, un pequeño empresario como tantos otros, prudente y emprendedor, en vez de dejar nuestro barrio y marcharse a una urbanización, de  esas de clase media acomodada, se dedicó a cimentar su empresa comprando unas naves en el parque tecnológico, donde quería seguir desarrollando el potencial de su negocio.

A pesar de que seguíamos compartiendo ascensor y rellano Paco se fué convirtiendo en un especie de sombra, con la que apenas coincidía, que iba y volvía de su trabajo a horas intempestivas y que, en lugar de mostrarse radiante y feliz, a medida que su negocio crecía se mostraba más preocupado y tenso.

Y yo que pensaba que tener un importante contrato como proveedor de una entidad pública era la garantía de un futuro inmejorable, pero no, las ojeras, la fatiga y la tensión que mostraba mi vecino cada vez que nos cruzábamos en el rellano me estaban empezando a preocupar, así que en la siguiente ocasión en la que coincidimos no dudé en invitarle a tomar una cervecita en el bar de  debajo de casa y una vez allí, habiendo creado un ambiente relajado, le pregunté que narices le tenía sumido en esa especie depresión y ansiedad constantes.

Así fue como me enteré de que los enormes retrasos que estaba sufriendo en el cobro de las facturas que emitía a la Consellería de Sanitat, cliente que le suponía el 87% de su facturación, estaban ahogando a su empresa, de tal modo que como el no cobraba a tiempo no había tenido más remedio que hipotecar la casa para disponer de  liquidez y poder pagar a sus empleados y proveedores. Pero desgraciadamente los retrasos eran cada vez más largos y ya no podía ni devolver los créditos y que el próximo día 12 de julio tenía una vista previa en los juzgados de no se que asunto en el que se jugaba la sede de su empresa.

¡Uf, que panorama!, menudo regalo envenenado había recibido Paco de la Generalitat Valenciana, ¿Como es posible que haciendo negocios con una administración que se puede permitir el lujo de pagar todo un Gran Premio de Europa de Fómula 1 el pobre Paco se vaya a quedar sin nave porque esa administración no le paga?

Como no me lo podía creer decidí echar un vistazo a Canal Nou a ver si allí decían algo relativo a las hipotéticas penurias financieras de la Consellería, pero  nada de nada, ¿serían invenciones de Paco?. Decidido a darle otra oportunidad me encaminé hacia el ordenador a buscar alguna referencia acerca del asunto.


¡Esto es increíble! Como ha de estar el asunto para que varios bancos corten la líneas de crédito con las que el Consell paga a proveedores. ¿Pero que esta haciendo Camps con nuestro dinero?

En uno de esos arranques de optimismo compulsivo que a veces me dan y absolutamente convencido que la extrema condición turística de la Comunidad Valenciana me decido a mirar los datos del paro que, habiendo pasado el mes de Junio con ese catalizador económico y laboral que es la Fórmula1, seguro que son estupendos.

¡Narices, que decepción! esto debe ser cosa de la manipulación de datos que hacen desde el gobierno Zapatero, la Comunidad Valenciana, en el mes de Junio ha generado la mitad de empleo que la media nacional. ¿Acaso ya no somos, a pesar de los conflictos en los países de la cuenca mediterránea y la Formula 1, el destino turístico preferido para los viajeros?

Cansado de no ver más que noticias negativas y a punto de dejar de ojear el periódico aun he alcanzado a ver la tragicómica casualidad que supone  que el presidente de  mi comunidad de vecinos y el president de la Generalitat Valenciana vayan a compartir el próximo martes 12 de julio cita en los juzgados. Espero que Paco, mi vecino, tenga mucha suerte  y no pierda su negocio y que el otro Paco, el molt honorable, tenga que asumir sus responsabilidades y que si, por una de esas extrañas casualidades de la vida, coinciden en uno de los ascensores de la ciudad de la justicia pueda contarle, al molt honorable president, las desastrosas consecuencias de su forma de gestionar nuestros recursos.


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