Cuando cinco millones de ciudadanos no encuentran trabajo en nuestro país y tienen que comer, vestir, pagar las hipotecas y los impuestos con el menguante subsidio de desempleo, existen ciudadanos que, afortunadamente para ellos, van salvando la situación con algo más de desahogo.
Ahora parece que va a renunciar al acta de senadora por las extrañas cuestiones del "examen de valencianía", o ¿quizás no?
En el caso contrario se encuentra la señora De Cospedal, que verá incrementados sus emolumentos gracias a su cargo de presidenta de Castilla la Mancha.
¿Es para indignarse o no es para indignarse?
Nos vemos en las calles, amigos.
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