miércoles, 15 de junio de 2011

EL ESPERPENTO DE LAS TRES DIPUTACIONES PROVINCIALES VALENCIANAS, FABRA, RUS Y RIPOLL.

Saludos, ciudadanos.

Cuando va asentándose el polvo levantado por el trasiego electoral y el reparto de cargos, seguimos viendo con estupor el patético espectáculo que nos brinda el PP valenciano.

En este caso tres de los más singulares y consagrados personajes del  PP son los protagonistas, una vez más, de la más disparatadas e increíbles situaciones.


Rus, el pintoresco presidente de la diputación provincial de Valencia y del Olimpic de Xàtiva, conocido además de por su famoso Ferrari rojo,  por sus salidas de tono y bravuconadas, va a rizar el rizo en esta legislatura al ostentar tres cargos públicos de relevancia, la alcaldía de Xàtiva, su cargo como diputado autonómico y la presidencia de la diputación provincial. Preguntado sobre como poder compatibilizar los tres cargos, en un nuevo alarde de campechanía y originalidad ha respondido:

"Tiraré el córner, lo remataré y me pondré de portero. Yo soy Superman, llego a todo, pero estar en un cargo por estar nunca me ha gustado, siempre he querido contribuir".

Ripoll, el presidente saliente de la diputación alicantina, representante del ala zaplanista del PP valenciano, imputado en la trama Brugal y muy próximo al empresario y también imputado Enrique Ortiz, se resiste a abandonar el cargo a pesar de la oposición del partido. ¿Responsabilidad? ¿Apego al sillón? ¿Ganas de crispar a la facción Campista del partido? Sea por la razón que sea el espectáculo es lamentable. Otro imputado resistiéndose a abandonar la vida pública a pesar de la oposición de su partido, que en otros casos se muestra más transigente con otros miembros en su misma situación.

Fabra, el afortunado expresidente de la diputación de Castellón, presidente de Aerocas, empresa que gestionará durante ocho años el aeropuerto que actualmente sigue sin aviones, secretario general de la cámara de comercio de Castellón y personaje inmune a los embites del poder judicial, vuelve, si es que alguna vez se fué, a aportar la nota estrambótica de la vida política castellonense al pretender ser nombrado concejal no electo del ayuntamiento de Castellón. 

La Ley de Grandes Ciudades permite la elección de hasta tres ediles no electos (sin derecho a voto). Al ostentar este nuevo cargo el señor Fabra mantendría a sus cuatro guardaespaldas, con un coste aproximado de 120.000 euros con cargo al consistorio castellonense, a lo que hay que sumar, merced a su cargo en la cámara de comercio, 90.000 euros anuales así como chófer y vehículo. 

Visto lo visto queda de manifiesto el recalcitrante masoquismo de los valencianos  que se empecinan en mantener a estos personajes,  y  a alguno que otro más amante de la moda low cost, a pesar de su nefasta gestión y su incontenible avidez, no se si de responsabilidades o de ...

A continuación encontraréis algunos de los momentos más gloriosos de estos ciudadanos.

Rus en su salsa.



Fabra, ese hombre...


Salud y república, amigos.

0 comentarios:

Publicar un comentario