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La Xunta de Galicia (PP), partidaria de cobrar por comer o ducharse en el hospital. Argumentado que no son servicios sanitarios, aunque siempre han estado incluidos en el conjunto asistencial, los que prometen no recortar en sanidad vienen con este brutal tijeretazo en cuestiones de salud básicas. ¿Acaso la higiene y la alimentación, y más en un centro hospitalario, no son aspectos básicos de la salud? Le operamos pero no le damos de comer...
¿Se está dando de alta a enfermos que han tenido la consideración de crónicos?
Algo empecé a sospechar cuando hace un par de meses, entusiasmada, llego mi hermana a casa informándome de que jamás había sufrido trastorno bipolar. Mi cara debió reflejar todo el asombro y la perplejidad del mundo, solo en casa sabemos lo que fueron aquellos episodios agudos en los que la buena de Marta desaparecía engullida por aquel monstruo irracional y destructivo que cargaba contra todo aquel que aparecía a su paso.
Marta siempre ha sido una persona brillante e inquieta, amante de la literatura y la música, exploradora de nuevas sensaciones que desarrollasen su capacidad de percepción y sensibilidad, aunque está faceta fue la que le puso en contacto con distintas sustancias que pusieron de manifiesto su enfermedad.
Su alegría nos contagió a todos, quizá aquellos episodios respondieran a otras cuestiones, aunque pronto sabríamos si la medicación que había estado recibiendo durante estos últimos años había sido en balde. Al cabo de un rato empezó a asaltarme la duda, ¿y si fuera una estrategia de la consejería de sanidad para reducir gastos? Al instante me respondí, nadie en su sano juicio iría dando de alta a enfermos crónicos para aligerar el gasto. Volví a congratularme del estado de Marta, por fin iba dejar de ingerir ese veneno, menuda liberación.
Desde entonces ha tenido sus idas y venidas, como cualquiera de nosotros ante la situación actual, aunque en algunos momentos me pareció vislumbrar en sus ojos al monstruo queriendo volver a devorarla, manías de hermano mayor pensé. Estúpido de mi.
Ayer volvió la pesadilla, tras un fin de semana de festividades y acontecimientos, de alegrías y reencuentros el monstruo se mostraba sin rubor a través de sus ojos y cuando eso ocurre cualquier excusa, cualquier pretexto le sirve para poseerla.
Por desgracia este relato no es ficticio y en un par de días distintos conocidos con enfermedades crónicas recibieron el alta, hoy, una de ellas ha recaído con una virulencia brutal en su enfermedad, otro vuelve a sentirse horriblemente mal. ¿Habrá sido un error o responderá a una estrategia para recortar el déficit, aunque con el tiempo tengan que volver a asumir su condición?
Sea lo que sea, en casa ya lo estamos sufriendo.
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