¡Que no pare el espectáculo!, que continúe la pantomima y la farsa, nuestra democracia de cartón piedra necesita ser alimentada por los eventos mediáticos al uso, que parezca que el PP y PSOE son antagonistas irreconciliables enfrentados por sus principios y sus actos. Que nadie crea que PSOE y PP la misma... cosa es.
Y si para ello hay que gastarse 550.000 euretes..., pues se gastan, que al fin y al cabo son para consolidar ese espíritu democrático que los "perroflautas" del 15-M se empeñan en cuestionar.
¿Acaso hay algo más democrático que un debate electoral? ¿Acaso hay algo más democrático que dos líderes exponiendo y contrastando su ideas? ¿Acaso hay algo más democrático que unos medios de comunicación transmitiendo a la ciudadanía todo esto?
¡Pues si! Cualquier cosa es más democrática que esta farsa, que esta mentira tendenciosa y manipuladora, cuyo único objetivo es presentar a dos partidos situados en la misma línea ideológica como opciones de planteamientos antagónicos y como únicas alternativas posibles.
El hecho de alimentar esta confrontación ficticia sirve a ambos partidos para movilizar a unas bases que no se cuestionan los verdaderos intereses de sus opciones políticas. Creyentes más que consecuentes, listos para votar en el momento se alcanza su umbral de sensibilidad política sin más inquietud que la de que el rival no venza.
La trayectoria, los hechos y la realidad no afectan para nada la decisión de estos ciudadanos que no ven más allá de unas siglas vacías, carentes de sentido después de haber vendido sus convicciones a la banca y las grandes corporaciones.
Rubalcaba y Rajoy, dos tipos políticamente amortizados, sin ninguna credibilidad tras sus largos años en el negocio de la política.
Rajoy, el inoperante, el hombre que ha sido capaz de ver como se caía el país a pedazos y no hacer ni una sola propuesta, ni una sola concesión, ni un solo acto constructivo, el "líder" que se ha limitado a dejar que las cosas empeorasen para todos para que a el y a su PP les fueran mejor, la filosofía de contra peor, mejor.
Rubalcaba, el hipócrita que pudiendo haber hecho no hizo, que deshizo para volver a hacer y que, además, hizo lo que nunca prometió.
Rubalcaba y Rajoy, los de la reforma constitucional, esa que antepone el pago de los intereses de la deuda por encima las pensiones, la sanidad o la educación.
Este debate excluye al resto de fuerzas políticas, este debate ignora a una gran parte de la ciudadanía, este debate APESTA.
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