La sanidad, la educación y hasta la justicia, están amenazadas por los recortes salvajes con los que nuestros dirigentes nos regalan. Algunos ciudadanos hartos, asqueados e indignados aun tienen los arrestos suficientes para salir a la calle a clamar por lo suyo, por lo público, por lo de todos y también por su dignidad.
Estos son los que han recorrido las calles de Valencia pidiendo que los recortes no se ceben en lo que nos ha costado tanto tiempo, tanto esfuerzo, tanto sacrificio lograr.
¡No perdamos la esperanza! ¡Los pueblos son dueños de su destino, defendamos el nuestro!
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