Nadie, ni el mismo Camps, esperaba el veredicto del jurado "popular". De hecho, dimitió ante la posibilidad de que el juicio se efectuase antes de las elecciones del 20N y su posible declaración de culpabilidad dinamitase los brillantes resultados electorales que esperaba su partido.
Si alguien en el PP hubiese aventurado la posibilidad de su inocencia, no habrían permitido a Alberto Fabra ejercer plenamente su condición de President, con las consecuencias que para la vieja guardia campsista pueda tener el tirar, o permitir tirar, del hilo del apestoso caso Emarsa.
Sin embargo Camps ha sido, hasta cierto punto, rehabilitado y, conociendo su trayectoria, su actitud y su falta de autocrítica, es más que probable que ya esté preparando su regreso a la presidencia del Consell.
Nos esperan unos meses de gran actividad en el seno del PP valenciano y si no..., al tiempo.
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