Las mesas de convergencia son un espacio de encuentro plural, en el que personas de diversas corrientes y sensibilidades trabajamos para favorecer la concurrencia social y política más amplia posible frente a la agresión que están sufriendo las clases trabajadoras con los recortes de derechos sociales más graves desde el inicio del régimen democrático. Las mesas no representan ni van a representar nunca una opción electoral pero eso no quiere decir que quienes formamos parte de ellas seamos indiferentes ni al tipo de gobierno que se lleva a cabo ni, por tanto, a las condiciones que pueden propiciar que se gobierne de una manera u otra.
Quienes trabajamos en las mesas para lograr la convergencia más estrecha posible de personas enfrentadas a las políticas neoliberales tenemos claro que una cosa es el gobierno y otra el poder, que desde hace años ha dejado de estar en las instituciones representativas para ejercerse al margen de ellas directamente desde la economía, los medios de comunicación o las finanzas y que, precisamente por ello, es más eficaz fomentar alternativas de contrapoder social más que empeñarse en llegar a los gobiernos sin contar con éste último. Pero tampoco eso quiere decir que seamos indiferentes ante la movilización social que siempre lleva consigo una campaña electoral.
Desde las mesas de convergencia hemos comprobado con pesar que las políticas que ha venido realizando el partido socialista en los últimos años han sido de estricta disciplina neoliberal y que en ese sentido no se han diferenciado en nada de las que han hecho los gobiernos conservadores de otros países o de las que hubiera realizado y realizó cuando gobernó aquí el Partido Popular. Pero tampoco eso nos lleva a contemplar indiferentes el ascenso electoral de un partido en donde la extrema derecha que justifica e incluso defiende al fascismo tiene un peso tan relevante.
En las mesas de convergencia nos encontramos ayudando a fomentar la movilización social personas de distintas sensibilidades, desde las que militan en fuerzas políticas con presencia parlamentaria a las que prefieren alcanzar ese objetivo al margen de la batalla institucional.
Pero a pesar de todo ello, tenemos la convicción de que las próximas elecciones generales, cuya convocatoria acaba de anunciarse, tienen una extraordinaria importancia para el futuro de las condiciones de vida de las clases trabajadoras y de los derechos sociales que tanto trabajo ha costado lograr. Si no se logra dar la respuesta adecuada, lo más probable es que el nuevo gobierno que surja de ellas, del PSOE o del PP, solos o en alianza con otros grupos minoritarios, lleve a cabo, como está ocurriendo en Cataluña, Madrid o Galicia, recortes mucho mayores que los hasta ahora realizados y, además, con carácter quizá irreversibles para siempre o para mucho tiempo. Y recortes que no solo van a afectar a las condiciones económicas sino muy posiblemente a derechos fundamentales y al alcance ya de por sí limitado de nuestra democracia.
No se trata de crear una alarma innecesaria sino de constatar algo cada vez más evidente: la agresión socioeconómica inusitada, la fortaleza de los sectores más reaccionarios y la voracidad descontrolada y consentida de los poderes financieros están creando una situación de auténtica emergencia económica, social, política, MEDIOAMBIENTAL y humana para los sectores sociales más desprotegidos y de menor ingreso. Y por eso creemos que no se puede seguir actuando como se ha venido haciendo hasta ahora, cada uno por un lado.
Ante la gravedad de la situación en la que estamos saludamos y felicitamos a las fuerzas políticas que sinceramente quieran enfrentarse a estas agresiones y están trabajando para ello, a las organizaciones sindicales, a las organizaciones y a los movimientos sociales de todo tipo que aspiran a un mundo más justo y humanamente satisfactorio, para que finalmente todos dejemos a un lado las diferencias no fundamentales que podamos tener y asumamos con urgencia un programa común de actuaciones en todos los planos en los que es necesario enfrentarse a los poderes reaccionarios que vienen pisoteando los derechos humanos y sociales: en la movilización social en calles y plazas, en la organización de núcleos y focos de contrapoder frente a la degeneración de la democracia en la que nos encontramos y ahora también en el plano electoral. ANIMAMOS A CONTINUAR CON el proceso de convergencia política que se está fraguando en estos días entre distintos colectivos políticos de este país, Y A EXTENDERLO Y FORTALECERLO HASTA CONVERTIRLO EN UN AUTÉNTICO FRENTE SOCIAL FRENTE A LAS POLÍTICAS DE RECORTE DE SALARIOS Y DERECHOS SOCIALES. Y PEDIMOS a quienes aun no se han sumado a este proceso unitario a que lo hagan a la mayor brevedad y sin miedo, porque dar respuestas aisladamente en cada uno de los ámbitos que requieren alternativas no es solamente un camino seguro hacia el fracaso sino, hoy día, una irresponsabilidad gravísima que no conduce al avance de las propuestas y políticas de izquierdas sino a mantener la actual hegemonía de la derecha y el neoliberalismo, algo materialmente contrario a lo que necesitan las clases trabajadoras y el pueblo al que se dice defiende. Por tanto, desde las mesas de convergencia reclamamos a todas las personas, partidos, organizaciones, sindicatos, plataformas o movimientos contrarios a las políticas que se vienen aplicando el mayor esfuerzo posible de generosidad, de coherencia y de responsabilidad. Llamamos a colaborar sin descanso para lograr que la movilización social que fundamentalmente se viene dando en torno al 15-M crezca cada vez más, a fortalecer y extender sus asambleas y debates, y también a dar una respuesta unitaria en las próximas elecciones que suponga un HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO a los poderes fácticos y a sus representantes políticos. Por nuestra parte, ofrecemos modestamente nuestro compromiso, nuestra colaboración y nuestro mayor esfuerzo ajeno a cualquier tipo de protagonismo para hacer posible todo ello.
Julio de 2011
0 comentarios:
Publicar un comentario