Levante-EMV. Barberá pide respeto a las Fallas... |
Desde siempre han sido las fallas el vehículo que los valencianos han utilizado para la crítica y la reivindicación, el momento en el que se rompía con lo negativo del pasado y se afrontaban los nuevos retos con retomados bríos tras la quema de las rémoras y cargas.
Fagocitadas las fallas y su espíritu crítico por el sistema y sus instituciones, despojadas de la indepencia y chantajeadas por quienes pretenden defenderlas, solo mantienen su faceta más folclórica y mercantil. Los falleros, otorgándose el patrimonio absoluto de la valencianía y reforzados por unas instituciones que los utilizan, asumen la propiedad total de un espacio y un tiempo en el que los derechos, todos los derechos, del resto de la ciudadanía quedan postergados en aras de la grandeza de la fiesta.
¿Acaso los falleros son ajenos a la crudeza de la realidad?
Mientras disfruten de pan y circo seguirán disfrutando del amable transitar del que no quiere ver ni oír y siendo otra excusa, otro parapeto en el que los culpables de esta situación seguirán escudándose para no escuchar lo que la calle les grita.
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