Ya son quince días encadenada a la reja del Palau de la Generalitat Valenciana y diez en huelga de hambre. Todo ello para demostrar que los milagros sanatorios que se inventa la Consellería son absolutamente falsos y que tras ocho operaciones en el último año resulta inconcebible una revisión a la baja en el grado de invalidez.
¡Ánimo Loli, estamos contigo!